1.-El don de la omnipresencia
Uno puede eludir las noticias m?s importantes del d?a, y hasta permanecer ignorante en torno a los sucesos centrales de su propia existencia; lo realmente dif?cil es no enterarse del ?ltimo suceso en la vida privada de Britney Spears. Ignoro cu?ntos hijos tiene la mayor?a de mis primos, y de los de Spears conozco nombre, paradero y situaci?n legal. Los he visto dejar la casa de su madre, mientras ella iba atada a una camilla, camino a la ambulancia. Me he enterado tambi?n que su hermanita Jamie Lynn se ha embarazado a los diecis?is a?os. S? que a un ex de la Spears se lo anda merendando Paris Hilton, cuya gula se quiere proverbial. Y tampoco he podido evitar la informaci?n, obtenida supuestamente de personas allegadas a la cantante, seg?n la cual Brit gusta de combinar el vodka con golosinas tipo metadona, cristal, anfetaminas y tachas, am?n del consabido clenbuterol, droga para caballos que seg?n cree la ayuda a adelgazar. Si existiera la opci?n, elegir?a devolver toda esa info por donde vino.
No hace mucho, ve?a con un amigo un video de la banda bahiana Babado Novo, cuya cantante, Claudia Leite, es una de las mujeres m?s hermosas que alguna vez he visto en una pantalla. Sin embargo, aun hipnotizado por el look de la Leite, mi amigo concluy? que ante la posibilidad de un romance salvaje con ella o Britney Spears, elegir?a sin duda a la segunda. En primer lugar, porque al cabo tampoco est? nada mal, y en segundo porque de esa manera lo envidiar?a ya no medio Brasil, sino literalmente el mundo entero. Puede que incluso ?l se envidiara a s? mismo. ?Qu? referencia necesita dar el gal?n hocic?n que se llena la boca contando a sus amigos c?mo ha sido una noche con Brit? ?Es que alguno podr?a no saber de qui?n habla? Ahora bien, no hay que llegar tan lejos. Imaginemos la cantidad de hijos de vecino que dar?an cualquier cosa por poder ufanarse de que una vez durmieron con la-hermana-de-Britney, y acto seguido compensar las envidias consecuentes con uno que otro chisme de primera mano. Lo poquito que a?n no es del dominio p?blico.
2.-Crea fama y ?chate a llorar
Cuando se es Britney Spears, nada hay m?s peligroso que un allegado. No s?lo porque proliferan impostaciones, suplantaciones y falsificaciones ?cualquiera que haya estado a menos de tres metros de ella podr?a eventualmente llamarse allegado?, sino porque casi ninguno puede evitar el papel de esp?a e informador. Cada uno de los verdaderos allegados son blanco permanente de sus amistades, varias de ellas nacidas por el mero inter?s de penetrar el c?rculo ?ntimo de la famosa interfecta. Poner un pie en el ?nico mundo que parece real, y a partir de esa v?vida experiencia hacerse de un prestigio entre sus amistades. No es lo mismo contar lo que uno supo leyendo el peri?dico que lo que ayer le dijo la mam? del ex novio de la hermana de Brit. Adem?s, ni siquiera el m?s fiel de los allegados puede evitar que sus amigos exageren, tergiversen o inventen sus palabras, por aquello del prestigio social. ?Qui?n controla a los allegados de sus allegados? ?Qui?n plantar?a aduanas en la lengua profusa de un chismoso?
La sacralizaci?n de la fama por la fama es tambi?n la devaluaci?n del prestigio. En t?rminos m?s crudos, la victoria de la imbecilidad ?all? donde el ?prestigio? consiste en otorgar a cualquier circunstancia fortuita la investidura que antes se conced?a al m?rito?. Ser vecino de la familia Spears supone un mayor ?xito social que fumarse una biblioteca entera. ?C?mo no cosechar cuando menos un par de entrevistas en cadena nacional, cuando afuera de la casa de junto hay un ej?rcito de reporteros ?vidos de moscones enterados? ?No es verdad que a partir de esas entrevistas cada una de las amistades del vecino boc?n le dar? siempre el cr?dito debido? ?Qu? se puede esperar del boy next door de la cantante m?s famosa del mundo, si no de menos el color y el tama?o de sus calzones?
3.-De la ficci?n a la cruz
Seguramente el ?nico lugar que nadie envidia en el entorno de la Spears es justamente el que ella ocupa. Alguna vez vi un video de Madonna ?esa mercachifle de alma fr?a? donde se hac?a crucificar a medio escenario. Paparruchas. Quien se interese en ver una crucifixi?n p?blica no tiene m?s que seguir de cerca el v?a crucis p?blico de la Spears. Para lo cual no necesita ni levantar un dedo, la informaci?n le llegar? de todos modos, ya sea que la crucificada de moda se robe una baratija, levante un dedo firme ante las c?maras o sea conducida a un pabell?n psiqui?trico. Sucesos que ser?an rutinarios en la vida de cualquiera luego de ser siete a?os Britney Spears y mirarse desnuda ante el demonio p?blico.
?Qu? har?a una persona sensata en el lugar de Britney Spears? No s? si sea sensato, pero igual yo me cambiar?a de nombre. Lo que no me imagino es c?mo se hace para conservar cualquier forma de sensatez cuando, como en una escena de Polanski, el mundo entero parece suplicarte que saltes de una buena vez por la ventana, luego de tantos a?os de adularte a niveles abyectos y dejarte el cerebro dando vueltas en la ?rbita de un narcisismo solitario que ya no te permite creerle ni al espejo. ?Hay lugar para alguna sensatez cuando los m?dicos te declaran oficialmente un peligro para tu persona y las otras, y media hora hora despu?s ya se ha enterado medio mundo, literalmente? ?De qu? mierda le puede servir a nadie llevar la cuenta de esas intimidades?
Donald Trump, famoso por su desvergonzada gula de protagonismo, reci?n ha declarado que la de las hermanas Spears es nada menos que ?una verg?enza?. No menos sonrojado, encuentro que en un buscador de Internet hay algo menos de ochenta millones de referencias registradas en torno a ?Britney Spears?, y estas l?neas se sumar?n en unas horas, igual que se alzan tantas voces en la plebe para animar La Crucifixi?n. Perd?n por tanto grito, yo iba s?lo buscando la puerta de salida.
Art?culo de Milenio.com